Antropoexótica

Antropoexótica


No morirá la flor de la palabra, podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la †ierra, ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder. Nosotros nacimos de la noche; en ella vivimos; moriremos en ella. Pero la luz, será mañana para los más: para todos aquellos que hoy lloran la noche; para quienes se niega el día; para quien es regalo la muerte; para quienes está prohibida la vida. Para todos la luz, para todos todo. Para nosotros la alegre rebeldía. Para nosotros nada.El Subcomandante Marcos.




Y parece que fue ayer, y que han pasado mil años. Me parece que fui a Marte, y no encontré ningún marciano. He andado mil caminos. Pero no fui. Quizás cuando nos perdimos, decidimos encontrarnos, o tal vez no fue así. Parece que me estoy volviendo perra, y los días se me hacen meses y los meses se me hacen años. Y las feromonas. Vivo trastornada. Marco los días que vivo, para no ausentarme del todo, estableciéndome en conexión con los días de los mortales, a veces apurados, sin brillo. Y parece mentira, que al encontrarte me hallé, al querer pulirte, brillé. Me activo para sentir, y lo hago. Ya lo hago. A veces me río, porque parece que también soy loca, ocurren cosas en mí demasiado intensas como para no reír. Soltar la carcajada. Hacerla retumbar en mí. Expulsando cualquier mal pensamiento, alguna desagradable sensación. También es bueno respirar. En ciertos momentos no sé quien soy, y me duele la pierna, y no sé si seré esto. La verdad es que no encuentro un espacio para mí, y las pocas certezas que he reunido se han ido diluyendo, y ya no estoy tan segura que esta sea mi pierna. He tentado al diablo. Estoy descarriada, descuadrada y todo. Me gustaría solo pensar, ser un ente informe que solo pensara, placenteramente, entregándose a los lúdicos laberintos de la mente, y no haría falta escribir, y no lo haría. Pero soy esta que escribe, y apunta, y anota y dibuja. Y vuelvo a entrar en espíritu. Alterando mí ser. Me clavaste tu puñal de fuego para verme morir. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay! Dios. Te derramaste