Lapidis ut somnus (ritual para un encuentro)


Como le explico a mi mundo que un nuevo escenario se me presenta, que mi interior se vuelve líquido y que se deja marear por la luna.

Como se traslada lo mejor de un mundo a otro.
No son las horas, ni los dibujos, ni los colores, son las palabras.
Exaltación.

¿Cómo te suena que estas a mi lado…?
¿Cómo se siente cuando te pienso?
¿Cómo te digo que soy solo sueño?

Si, son los pensamientos compartidos
Las coincidencias

Yo podría quedarme
Tomar tu mano y asentir

Suspiria (guión para un sueño)


(Luz de luna, calle fría, atmósfera que aplasta)

-He notado que tu no eres tú, que eres solo una sensación que intento mantener viva.
-Dos veces en dos días. Dos veces en dos días.
-Mi piel guarda la memoria de tu piel, cuando me tocas, se activa.
-¿Te operaste las tetas?

(Corte a luz roja, luego verde. Luz negra)


-Ese cambio en mi cara, descontrol, a quien buscabas?
-Ya está cerrado ese expediente
-Tanta gente y yo sin ropa, esas imágenes. La sangre... la sangre.
-Pensaré en abrir otro.


(Luz de día, luz de mañana. Calle transitada)
-Dos veces en dos días. Dos veces en dos días.
-Ese andar de galope, ese andar...
-Muerdo mi helado, deja morder el tuyo.
-Mejor lo abro de nuevo, para que cunda el aire.
-Me derrumbo
(corte a negro. temblor profundo, temblor que despierta)

Sube y baja


Arriba
luz que alumbra
Abajo
cabeza de escarabajos
Arriba
nada es claro
Abajo
bostezos y escondites
Arriba
no logro hacerme la idea
Abajolas palabras se alojan
Arriba zumbido de avión
Abajobeso de gato
Arriba
sueños que son tuyos
Abajo
dosis de cianuro
Arriba
ganado vacuno
Abajo
tierra mojada, pasto pisado
Arribas
iempre arriba

Letanías


Nuestro exceso de sensibilidad,

nuestra piel toda poros,

es lo mejor y lo peor que nos ha

tocado en suerte, porque a causa

de ella vivimos a merced

de la atmósfera.

Gabriela Mistral.


Llegó y se apropió. Me violó. Me hirió. De pronto me encuentro prendida, atrapada. Esperando. Un segundo que cambie el mundo. No quiero cerrar esta herida abierta, quiero que me perfore otra. Y otra. Y otra. No encuentro placer alguno en la espera. En la distancia, percibida apenas por la razón, una nueva luz distingo, es preciso seguirla ahora. Cuanto sueño en mi querer. Luz que se interna en un cuerpo y que no lo deja jamás. Mágica conexión, entre un pedazo de tierra que reposa y otra que despierta. Fraguando el mundo, que lo fragua y a mí. Se encuentra lo que se busca, se oye, se siente. Cresta, vértigo. Se mete en mi vida a transgredirla. Y somos luz entre tinieblas. Si le gusta tanto, dígalo. Chapucee las palabras. Vértigo, vértigo, vértigo. Si me gusta, se lo digo. Y la esfera del orden que ocupe su lugar. Construiré mi mundo en fieltro rojo, que es tan insolente, y junto al jardín de pinos secos sentarme a esperar. Usted cruzará el portal. No se detenga. A veces sueño con sus letras, están en arial y son azules, sobre un fondo de luz que enceguece. Y quizás no somos sueño, ni distancia, ni amor, ni nada. Mujer de cristo, ruega por nosotros; mayonesa sin sal, ruega por nosotros; uñas pintadas de vino, ruega por nosotros; nubes que escupen agua, ruega por nosotros; arepa con queso rayado, ruega por nosotros; santo niño de atoche, ruega por nosotros; caramelo de mango, ruega por nosotros; perrito con sarna en la calle, ruega por nosotros; santa tecla de internet, ruega por nosotros.